¿Os
he dicho alguna vez que me encantan los viernes? Ah si…perdón, varias veces!
Pues
es verdad, me encantan los viernes; pero tengo que confesar que también los
sábados. El viernes me encanta acostarme tarde, sin tener que preocuparme de
madrugar al día siguiente. Y el sábado me gusta hacer lo propio: no tener prisa
por levantarme!
Aún
así, supongo que por la costumbre de toda la semana, me suelo despertar pronto
los sábados. Desayuno tranquilamente y luego me gusta volverme a la cama a leer
o a “remolonear”, como digo yo. Y en ocasiones hasta cae una siestecita de
media hora!
Y
entonces….el remate de la mañana del sábado: un segundo café con algo dulce. El
pasado sábado me tocó probar este bizcocho de naranja. En realidad lo había hecho
para llevárselo a mis padres, pero no pude resistir hacer una prueba. Y estaba
de muerte!!
La
receta es muy sencilla, y la única variante de esta vez fue que a mitad de
hornearlo, abrí un poco el horno con cuidado y le eché azúcar por encima para
que quedara con el aspecto de una magdalena, con el azúcar cristalizado.
Los
ingredientes son los siguientes:
3
huevos (claras a punto de nieve)1 yogur natural
125 ml de aceite de oliva suave
Medida de 2 vasos de yogur de azúcar
Medida de 3 vasos de yogur de harina
2 cucharaditas de levadura
Ralladura de media naranja
Zumo de media naranja
Unas gotas de agua de azahar (no es imprescindible, pero si os gusta mucho el sabor a naranja, esto lo potencia)
Se
mezclan las yemas con el azúcar, el yogur y el aceite. Luego se añade el zumo
de naranja, la ralladura de naranja y el agua de azahar. Se incorpora la harina
(mezclada con la levadura) sin dejar de batir. Por último, se incorporan las
claras a punto de nieve con movimientos envolventes y se pone la masa en un
molde. Yo lo suelo hornear a 180º durante unos 45 minutos con el ventilador del
horno encendido (si vuestro horno tiene ventilador). Vamos, que lo horneo hasta que al meter una aguja (tipo las de hacer punto), ésta me sale limpia. Y en esta foto tenéis la prueba de que lo hago así...porque se ve hasta el agujerito!
Quedó riquísimo (esta vez lo puedo confirmar yo en persona!), y la gracia del azúcar por encima le dio un toque diferente.
Bueno, ya os dejo, pero tengo más cositas para esta semana, así que estad atentos!
Muchos
besos… y hoy son “besos con alas” para que lleguen muy lejos, a todos los que me
seguís desde otros países!
Natalia
4 comentarios:
Me encantan los bizcochos en todas sus variantes y éste....delicioso!!Todo un lujo para acompañar un desayuno!!! Biquiñosss
Muchas gracias Vero! Eres un encanto! Besos desde Madrid!
un bizcocho buenisimo, para un desayuno o para una merienda, siempre viene bien, me gusta tu blog y me quedo por aqui para no perderme nada, bicos
que rico se mira :)
Publicar un comentario